Pues gordos lo que se dice gordos, pues no.
PUES,
GORDOS, LO QUE SE DICE GORDOS, PUES NO.
Por Carlos Roger Priego
En
las primeras semanas de abril, en
plena primavera 2010, los diputados aprobaron una serie de reformas a la Ley de
Salud conocidas como la "ley contra los gordos". Aunque falta la
aprobación del Senado la citada "reforma" no da pie para une serie de
reflexiones[1].
En
los años setenta las clases de Deportes se reducían a un día a la semana, bueno
en realidad la clase de deportes se reducía --si bien nos iba-- en jugar un
rato fútbol y las niñas resorte.
El
"maestro" de deportes --el
cual creo se llamaba Juan o Raúl en fin da lo mismo su asistencia era de una
vez cada dos meses. no sé
si era por ser maestro “ruletero,
o por cual razón pero sus presencia era escasísima.
Ahora a más de tres décadas veo la siguiente nota:
"...Sólo 40% de los planteles de
educación básica del Distrito Federal cuentan con las instalaciones mínimas
adecuadas, para que sus alumnos realicen actividades físicas y en su mayoría
son del sector público, dijo Xiuh Tenorio, presidente de la fundación Mídete.
Más de la mitad de las escuelas
primarias y secundarias no tienen los elementos necesarios para hacer deporte
como balones, espacios cerrados y seguros para los niños, horarios fijos o
maestros suficientes y especializados en el campo, indicó el también
expresidente de la Comisión de Educación de la Asamblea Legislativa..."
Qué
triste es notar que tantos años han pasado y seguimos igual…y seguirán…
Pero
he de notar que en nuestra generación los niños verdaderamente gordos eran muy
pocos, fuera de Alberto..., y Daniel Amezquita, quienes tenían un sobrepeso evidente,
mas valga la expresión, no eran los gordos tipo película gringa tragando hamburguesas o de comedia mexicana de obeso comiendo torta.
La
citada reforma pretende que con media hora de ejercicio diario bastará, para detener la obesidad, bueno pues,
en nuestra primaria bastaba que hubiera una "junta" para que la media
hora de actividad física se cumpliera.
"Bolita",
aventándose desde el escritorio, luchas, corretizas entre las bancas, guerras
de lápices, gises, unos buenos trompos eran sólo algunas de las actividades
físicas en los períodos de ausencia de la maestra.Lo que ahora llaman “bullyng” o acoso escolar, era un
deporte más, provocado por la ausencia de las maestras.
La
reforma –mencionada—pretende limitar
la "comida chatarra" bueno pues no existe constancia histórica de que se formaran aglomeraciones para comprar
papitas “Bali”, ni Pingüinos Marinela; en cambio sí los
había para la famosa venta anual, donde las madres de familia
presumían y vendían sus mejores guisos...verdaderas batallas se alzaban por
obtener una generosa ración. No recuerdo que las enmoladas que vendía la Sra.
Borbolla de Aguirre, provocaran obesidad, ni las enchiladas, los cueritos, los
tacos de guisado vaya ni los postres que
vendían aquellas benditas
mujeres fueran causantes de gordos que dieran risa…eso se aplica por aquello del
famoso refrán, no reconocido, en el refranero mexicano de:
“Mas vale un gordo que de risa y no un flaco que de lástima”, dicho que
seguramente inventó la mama de algún gordito.
Unas media- naranja era un producto que tenía su
pegue , está golosina
natural , provocaba
actividad física, como aquella célebre guerra de naranjazos, —cuando cursaba el quinto año—cuando el
recreo se prolongó por más de una hora ,debido a una de esas reuniones de
maestras convocadas por la dirección,
para mencionar los costos de las recién pintadas paredes del patio, que desde ese día lucieron
un fresco olor a cítrico. Aunque cabe destacar que ciertos rincones lucían un
toque muy mexicano de chile piquín, esto que era bueno para la vista pictórica,
no lo resultó para la vista de muchos
niños, cuando en plena batalla alguna de estas media-naranjas iban cargadas
además del chile piquín con sal… Numerosos niños causaron baja temporal, en
medio de la trifulca, por el certero naranjazo entre ceja y ceja. Pero eso sí
nadie cometió la felonía de ir a rajar a la dirección, la cual se encontraba
muy animada con las anécdotas de la maestra Anita… y solamente el repentino
voltear al reloj, las sacó de su embelesamiento…
Claro para cuando salieron, la mayor parte del parque,
no podemos decir que se había agotado, pues este se reciclaba entre bando y bando,
sino que se había exprimido y aplastado que lo dejaba inservible para ser usado
nuevamente como proyectil.
Esta guerrita mostró las cualidades de coraje y pundonor
de numerosos alumnos, que pese a verse con los ojos enrojecidos y el rostro
inflamado, continuaban batallando sin dar ni pedir cuartel, y no lo pedían porque literalmente no lo había, así o seguían
batallando o tenían que retirarse al patio de los “chiquitos” afrenta que nadie
estaba dispuesto a pasar.
Los “chiquitos” veían atónitos el combate. Algunos de
ellos querían demostrar sus dotes guerreras,
pero al primer naranjazo que estallaba en sus caras, les mostraba que aún carecían
de entrenamiento bélico y con lágrimas de impotencia, mas no de miedo, se
retiraban a su patio…algunos de los más listos abastecían al bando de su
preferencia con las naranjas que algunos despistados faltos de puntería volaban
al otro patio.
La guerra cesó, sin que se pudieran aplicar medidas
disciplinarias, pues las mayoría mostraba los estragos del combate y siendo
sinceros… ¿Cómo iban a reportar un acto de indisciplina, cuando en ese “tiempo”
teóricamente estábamos en el salón de clases? Así que muy sabía la directora prefirió
aplicar la estrategia denominada Anas
platyrhynchos domesticus, Estrategia que el vulgo ha traducido como “hacerse
el pato”…
Y de regreso al tema….Ya desde aquel tiempo
existía una demagoga propaganda contra los "alimentos chatarra"
Curiosamente nunca se dio el caso de un niño que prefiriera
comer gansitos a bistecs...
Jamás en la historia se ha reportado un caso de
indigestión por culpa de los churritos, ni de un bebe que aventará la mamila de
leche y pidiera su Mundet Rojo…
La portavoz de aquella campaña fue la “Profeco” también creadora de los mas
diversos comerciales que pretendiendo ser sociales se han convertido en la
hilaridad de generaciones.
Por ejemplo
aquel de “regale afecto, no lo compre” se ha convertido en el mejor pretexto, que encontraron, aquellos
a los que les suele doler el codo y que disfrazan su tacañería con mensajes
humanitarios.
Nuestro
campo deportivo se llamó Parque España,
gracias te damos porque muchas panzas se han evitado gracias a ti... y esa es la única medida contra la
obesidad infantil y se llama jugar…
[1] En 2013 se incluyeron impuestos
especiales para refrescos, chocolates y pan con alto contenido calórico…