jueves, 26 de junio de 2014

Pues gordos lo que se dice gordos, pues no.

PUES, GORDOS, LO QUE SE DICE GORDOS, PUES NO.

Por Carlos Roger Priego


En las primeras semanas de abril, en plena primavera 2010, los diputados aprobaron una serie de reformas a la Ley de Salud conocidas como la "ley contra los gordos". Aunque falta la aprobación del Senado la citada "reforma" no da pie para une serie de reflexiones[1].

En los años setenta las clases de Deportes se reducían a un día a la semana, bueno en realidad la clase de deportes se reducía --si bien nos iba-- en jugar un rato fútbol y las niñas resorte.

El "maestro" de deportes --el cual creo se llamaba Juan o Raúl en fin da lo mismo su asistencia era de una vez cada dos meses. no sé si era por ser maestro “ruletero, o por cual razón pero sus presencia era escasísima.

Ahora a  más de tres décadas veo la siguiente nota:

"...Sólo 40% de los planteles de educación básica del Distrito Federal cuentan con las instalaciones mínimas adecuadas, para que sus alumnos realicen actividades físicas y en su mayoría son del sector público, dijo Xiuh Tenorio, presidente de la fundación Mídete.
Más de la mitad de las escuelas primarias y secundarias no tienen los elementos necesarios para hacer deporte como balones, espacios cerrados y seguros para los niños, horarios fijos o maestros suficientes y especializados en el campo, indicó el también expresidente de la Comisión de Educación de la Asamblea Legislativa..."

Qué triste es notar que tantos años han pasado y seguimos igual…y seguirán…

Pero he de notar que en nuestra generación los niños verdaderamente gordos eran muy pocos, fuera de Alberto..., y Daniel Amezquita, quienes tenían un sobrepeso evidente, mas valga la expresión, no eran los gordos tipo película gringa tragando hamburguesas  o de comedia mexicana de obeso comiendo torta.

La citada reforma pretende que con media hora de ejercicio diario bastará, para detener la obesidad, bueno pues, en nuestra primaria bastaba que hubiera una "junta" para que la media hora de actividad física se cumpliera.

"Bolita", aventándose desde el escritorio, luchas, corretizas entre las bancas, guerras de lápices, gises, unos buenos trompos eran sólo algunas de las actividades físicas en los períodos de ausencia de la maestra.Lo que ahora llaman “bullyng” o acoso escolar, era un deporte más, provocado por la ausencia de las maestras.

La reforma –mencionada—pretende limitar la "comida chatarra" bueno pues no existe constancia histórica  de que se formaran aglomeraciones para comprar papitas Bali”, ni Pingüinos Marinela; en cambio sí los había para la famosa venta anual, donde las madres de familia presumían y vendían sus mejores guisos...verdaderas batallas se alzaban por obtener una generosa ración. No recuerdo que las enmoladas que vendía la Sra. Borbolla de Aguirre, provocaran obesidad, ni las enchiladas, los cueritos, los tacos de guisado  vaya ni los postres que vendían aquellas benditas mujeres fueran causantes de gordos que dieran risa…eso se aplica por aquello del famoso refrán, no reconocido, en el refranero mexicano de:

“Mas vale un gordo que de risa  y no un flaco que de lástima”, dicho que seguramente inventó la mama de algún gordito.

Unas  media- naranja era un producto que tenía su pegue , está golosina natural ,  provocaba actividad física, como aquella célebre guerra de naranjazos, —cuando cursaba el quinto año—cuando el recreo se prolongó por más de una hora ,debido a una de esas reuniones de maestras convocadas por la dirección, para mencionar los costos de las recién pintadas paredes del patio, que desde ese día lucieron un fresco olor a cítrico. Aunque cabe destacar que ciertos rincones lucían un toque muy mexicano de chile piquín, esto que era bueno para la vista pictórica, no lo resultó para la vista  de muchos niños, cuando en plena batalla alguna de estas media-naranjas iban cargadas además del chile piquín con sal… Numerosos niños causaron baja temporal, en medio de la trifulca, por el certero naranjazo entre ceja y ceja. Pero eso sí nadie cometió la felonía de ir a rajar a la dirección, la cual se encontraba muy animada con las anécdotas de la maestra Anita… y solamente el repentino voltear al reloj, las sacó de su embelesamiento…

Claro para cuando salieron, la mayor parte del parque, no podemos decir que se había agotado, pues este se reciclaba entre bando y bando, sino que se había exprimido y aplastado que lo dejaba inservible para ser usado nuevamente como proyectil.

Esta guerrita mostró las cualidades de coraje y pundonor de numerosos alumnos, que pese a verse con los ojos enrojecidos y el rostro inflamado, continuaban batallando sin dar ni pedir cuartel, y no lo  pedían porque literalmente no lo había, así o seguían batallando o tenían que retirarse al patio de los “chiquitos” afrenta que nadie estaba dispuesto a pasar.

Los “chiquitos” veían atónitos el combate. Algunos de ellos  querían demostrar sus dotes guerreras, pero al primer naranjazo que estallaba en sus caras, les mostraba que aún carecían de entrenamiento bélico y con lágrimas de impotencia, mas no de miedo, se retiraban a su patio…algunos de los más listos abastecían al bando de su preferencia con las naranjas que algunos despistados faltos de puntería volaban al otro patio.

La guerra cesó, sin que se pudieran aplicar medidas disciplinarias, pues las mayoría mostraba los estragos del combate y siendo sinceros… ¿Cómo iban a reportar un acto de indisciplina, cuando en ese “tiempo” teóricamente estábamos en el salón de clases? Así que muy sabía la directora prefirió aplicar  la estrategia denominada  Anas platyrhynchos domesticus, Estrategia que el vulgo ha traducido como “hacerse el pato”…

 Y de regreso al tema….Ya desde aquel tiempo existía una demagoga propaganda contra los "alimentos chatarra"
Curiosamente  nunca se dio el caso de un niño que prefiriera comer gansitos a bistecs...
Jamás en la historia se ha reportado un caso de indigestión por culpa de los churritos, ni de un bebe que aventará la mamila de leche y pidiera su Mundet Rojo…
La portavoz de aquella campaña  fue la “Profeco” también creadora de los mas diversos comerciales que pretendiendo ser sociales se han convertido en la hilaridad de generaciones.
Por ejemplo  aquel de “regale afecto, no lo compre” se ha convertido  en el mejor pretexto, que encontraron, aquellos a los que les suele doler el codo y que disfrazan su tacañería con mensajes humanitarios.
Nuestro campo deportivo se llamó Parque España, gracias te damos porque muchas panzas se han evitado gracias a ti... y esa es la única medida contra la obesidad infantil  y se llama jugar…











[1] En 2013 se incluyeron impuestos especiales para refrescos, chocolates y pan con alto contenido calórico…

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