lunes, 1 de julio de 2013

La sala Chopin



La Sala Chopin
Por Carlos Roger Priego

En la calle Álvaro Obregón No. 302, Col. Roma Condesa, se encuentra la “Sala Chopin”
 Ahí continua, y la he visto transformarse hoy al pasar por esos lares recordé que:
En una época gracias a su entusiasta dirección, de los cuales ignoro nombre y apellido (y no me he dado a la tarea de investigarlos), (y tampoco creo que pueda encontrarlos).

Sospecho ligeramente que la Maestra Anita tuvo algo que ver en esto, por aquello que era la única maestra que sabía tocar al piano.

Si ese viejo piano, puesto en el patio de en medio, siempre con su tremendo candado y que solamente la Maestra  Anita podía quitarlo.

La Maestra Anita debo, recordárselos a todos, era una de esas maestras totalmente a la antigua usanza…Muy bien maquillada, de tez blanca, bajita de estatura, cabello ondulado, en su juventud debió parecer una estrellita de cine de la época de Valentino.

Enérgica y de voz poderosa hacía temblar y disciplinar al más latoso…siempre eligió tener a los niños de primer año, lo cual era una buena medida porque era la “prueba de fuego”,  y la muestra de sus asertividad es que a los seis meses todos sabían leer y escribir, por lo menos su nombre y los letreros del camión., por única ocasión con nuestra generación los llevó hasta segundo grado.

Cuenta una leyenda que hasta el oficial Canal 13 fue y le hizo una entrevista ,cosa difícil de comprobar ,pues los actuales dueños del canal 13 no conservaron casi nada del antiguo canal oficial, lo cual es también una desgracia, vicio atribuible a esa anti memoria que es el timbre del Sr .Salinas Pliego…

Era una verdadera maestra , muy dura nos parecía, pero ahora que ya estamos por llegar al cincuentón  debo reconocer que era una maestra de verdad….Además de sus cualidades como docente también destacaba por su impulso musical y teatral, la mayor parte de mis amigos recuerdan los obras teatrales-cuento de las cuales formaron parte, hasta de aquellos que como en cierta caricatura del correcaminos  en una de tantas estrategias se disfrazó (el coyote) de piedra, mientras la voz del clásico locutor decía:

“disfraz de piedra marca Acmé…sea original, disfrácese de piedra diviértase con sus amigos…”

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Y   ella creo que se debió la idea de una vez al año llevarnos a  una clase de iniciación musical… “Pedro y el Lobo de Sergéi Prokófiev,  la obra por antonomasia de la iniciación musical…bueno por lo menos de aquellos ayeres.

Con voz gutural y con impostura el presentador nos decía:

“Si hoy no adquieren el gusto por la música clásica no lo adquirirán jamás,” 

y era verdad pues sería muy difícil que una sala de conciertos profesional se preocupara  de la tarea de iniciar a  los niños de la escuela Alfonso Herrera.

Bueno creo que sólo Elio Zupinni sabía de la gran música, los demás sóllo escuchábamos las danzas húngaras  y algo  de Bethoven…pero la verdad era  gracias a las caricaturas de  la Warner Bros.… (La del lobo, o de Bugs Bunny intentando tocar el piano).

Algún malpensado y sobre todo con muy mala leche  dirá que esto lo hacía casa Chopin para vendernos un piano…

Bueno la verdad ya no era moda y salvó Elio creo que nadie en sus casa tenía piano, bueno el “casi” es porque algunos lo tenían de adorno:

--Mira, la verdad no se tocarlo… ¡pero se ve tan bonito en la sala!...

Bueno esa era una realidad en muchas casas, también me tocó ver guitarras, y hasta maracas como decoración…lo que hubiera dado porque nos enseñaran mínimo a tocar guitarra…pero como todos sabemos la SEP no tiene la menor intención de una educación musical…

Solo una persona verdaderamente enamorada de la música podía financiar estas “clases” en el auditorio de Sala Chopin ,que sea dicho de paso para muchos y muchas, sería tal vez la primera y para no pocos la última vez que entraran a una sala de conciertos. 

A diferencia de otras escuelas la AH brillaba por su disciplina a la hora del concierto. Razón por la cual siempre había un espacio para nosotros.

Además había otra cosa que tenía la sala, los lunes por la tarde tenía un cine Club.

He de confesar que  también mi iniciación en variados géneros del cine se la debo a la Sala Chopin, ahí vi una película inolvidable como fue Il sorpasso y no en pocas ocasiones ante la carencia de recursos económicos “invite” a más de una al cine, con el rollo cultural, que por cierto no funcionó muy bien pues el truco era muy viejo, de igual manera ocurrió con la sala “fosforó”.

De cualquier forma son muchas las deudas con la Sala Chopin…hoy ha cambiado radicalmente, las instalaciones se han transformado, ya no existe el cine club ni visitas de escuelas, ya no se proyecta “Pedro y el Lobo” vamos ni siquiera la versión de  Walt Disney una versión animada de esta obra.

Mucho bien hacia el promotor de esta clase y también—debo reconocerlo—la maestra Anita…

Bueno el siguiente paso sería escuchar y ver Fantasía…

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