La Sala Chopin
Por
Carlos Roger Priego
En
la calle Álvaro Obregón No. 302, Col. Roma Condesa, se encuentra la “Sala
Chopin”
Ahí continua, y la he visto transformarse hoy
al pasar por esos lares recordé que:
En
una época gracias a su entusiasta dirección, de los cuales ignoro nombre y
apellido (y no me he dado a la tarea de investigarlos), (y tampoco creo que
pueda encontrarlos).
Sospecho
ligeramente que la Maestra Anita tuvo algo que ver en esto, por aquello que era
la única maestra que sabía tocar al piano.
Si
ese viejo piano, puesto en el patio de en medio, siempre con su tremendo candado
y que solamente la Maestra Anita podía quitarlo.
La
Maestra Anita debo, recordárselos a todos, era una de esas maestras totalmente
a la antigua usanza…Muy bien maquillada, de tez blanca, bajita de estatura, cabello
ondulado, en su juventud debió parecer una estrellita de cine de la época de
Valentino.
Enérgica
y de voz poderosa hacía temblar y disciplinar al más latoso…siempre eligió
tener a los niños de primer año, lo cual era una buena medida porque era la “prueba
de fuego”, y la muestra de sus asertividad
es que a los seis meses todos sabían leer y escribir, por lo menos su nombre y
los letreros del camión., por única ocasión con nuestra generación los llevó
hasta segundo grado.
Cuenta
una leyenda que hasta el oficial Canal 13 fue y le hizo una entrevista ,cosa difícil
de comprobar ,pues los actuales dueños del canal 13 no conservaron casi nada
del antiguo canal oficial, lo cual es también una desgracia, vicio atribuible a
esa anti memoria que es el timbre del Sr .Salinas Pliego…
Era
una verdadera maestra , muy dura nos parecía, pero ahora que ya estamos por
llegar al cincuentón debo reconocer que
era una maestra de verdad….Además de sus cualidades como docente también destacaba
por su impulso musical y teatral, la mayor parte de mis amigos recuerdan los
obras teatrales-cuento de las cuales formaron parte, hasta de aquellos que como
en cierta caricatura del correcaminos en
una de tantas estrategias se disfrazó (el coyote) de piedra, mientras la voz
del clásico locutor decía:
“disfraz
de piedra marca Acmé…sea original, disfrácese de piedra diviértase con sus
amigos…”
Y ella
creo que se debió la idea de una vez al año llevarnos a una clase de iniciación musical… “Pedro y el
Lobo de Sergéi Prokófiev, la obra por
antonomasia de la iniciación musical…bueno por lo menos de aquellos ayeres.
Con
voz gutural y con impostura el presentador nos decía:
“Si
hoy no adquieren el gusto por la música clásica no lo adquirirán jamás,”
y
era verdad pues sería muy difícil que una sala de conciertos profesional se preocupara de la tarea de iniciar a los niños de la escuela Alfonso Herrera.
Bueno
creo que sólo Elio Zupinni sabía de la gran música, los demás sóllo escuchábamos
las danzas húngaras y algo de Bethoven…pero la verdad era gracias a las caricaturas de la Warner Bros.… (La del lobo, o de Bugs
Bunny intentando tocar el piano).
Algún
malpensado y sobre todo con muy mala leche dirá que esto lo hacía casa Chopin para
vendernos un piano…
Bueno
la verdad ya no era moda y salvó Elio creo que nadie en sus casa tenía piano,
bueno el “casi” es porque algunos lo tenían de adorno:
--Mira,
la verdad no se tocarlo… ¡pero se ve tan bonito en la sala!...
Bueno
esa era una realidad en muchas casas, también me tocó ver guitarras, y hasta
maracas como decoración…lo que hubiera dado porque nos enseñaran mínimo a tocar
guitarra…pero como todos sabemos la SEP no tiene la menor intención de una
educación musical…
Solo
una persona verdaderamente enamorada de la música podía financiar estas “clases”
en el auditorio de Sala Chopin ,que sea dicho de paso para muchos y muchas,
sería tal vez la primera y para no pocos la última vez que entraran a una sala
de conciertos.
A
diferencia de otras escuelas la AH brillaba por su disciplina a la hora del
concierto. Razón por la cual siempre había un espacio para nosotros.
Además
había otra cosa que tenía la sala, los lunes por la tarde tenía un cine Club.
He
de confesar que también mi iniciación en
variados géneros del cine se la debo a la Sala Chopin, ahí vi una película inolvidable
como fue Il sorpasso y no en pocas ocasiones ante la carencia de recursos
económicos “invite” a más de una al cine, con el rollo cultural, que por cierto
no funcionó muy bien pues el truco era muy viejo, de igual manera ocurrió con
la sala “fosforó”.
De
cualquier forma son muchas las deudas con la Sala Chopin…hoy ha cambiado radicalmente,
las instalaciones se han transformado, ya no existe el cine club ni visitas de
escuelas, ya no se proyecta “Pedro y
el Lobo” vamos ni siquiera la versión de Walt Disney una versión animada de esta obra.
Mucho
bien hacia el promotor de esta clase y también—debo reconocerlo—la maestra
Anita…
Bueno
el siguiente paso sería escuchar y ver Fantasía…