viernes, 4 de mayo de 2012

Cuando habla la conciencia (I)


Cuando habla la conciencia (I)

Para mi recién descubierto amigo José Ortíz Camargo. (Pepe)

Después de seis años con una página y cuando pensábamos  que no llegaría   nadie más, resulta que alguien, en algún lugar, se encuentra en la  disyuntiva filosófica de saber: ¿quién soy? Y para eso nada mejor que un buen buscador en la web…

Así varios han dado con éste sitio  y la  primera reacción es de un gran asombro y lo más importante introspección profunda.

Hoy ha llegado el turno a José Ortiz Camargo, el único Pepe en nuestra época de primaria.

Pepe llegó en cuarto año, venía de alguna escuela privada: delgado rubio, dicharachero y buen deportista. La maestra Erèndira lo llamó así, solamente Pepe. Ese año escolar iniciaba con la incorporación de varios niños que venían del “b”; Daniel, Elio, Mariscal, Alejandro, y otros más el caso es que una cuarta parte del salón provenía de ese sector. El pertenecer al a o al b era un sinónimo de distinción y pocos optaban por cambiarse de salón… Y era reciproco.

Septiembre era como todos los inicios escolares, con el concurso del “pastel” el cual se obtenía sí se era el primer grupo en cubrir totalmente la “cuota” que en aquel entonces era de treinta pesos.
 Cuando le decía a mi padre que era necesario cubrir dicha cuota y del premio me respondía cosas tales como:

—…Con 30 pesos te compras un pastel para ti solo—y toda una filípica sobre el uso de ese dinero… Cometí la indiscreción de contárselo a Rafael, y un día en que solo faltábamos tres o cuatro por pagar….mi buen amigo tuvo el tino de decir frente a todo el grupo.

—Dice Carlos—con dedo flamígero anunciaba Rafael—que con treinta pesos se compra  un enorme pastel de chocolate y con fresas… a lo que añadió la Maestra.

—Sí no es por el pastel, es por cumplir con tu grupo, con tus amigos…

Al otro día  pagué la cuota y ganamos el pastel, no olvido; semejante manjar no era cosa de todos los días, mejor dicho no era cosa mas que de cumpleaños…Aunque algunos pueden decir que los gansitos sabían mejor en aquella época ,lo cual es una leyenda urbana .” en mis tiempos los pasteles de del Molino eran increíbles”, etc., etc.

Pero regresando a Pepe, pronto él se haría popular por sus destrezas, por contar chistes, por hablar de los autos de su papá  y porque su mamá siempre estaba al pendiente de cualquier asunto del grupo.

 Un día, —que seguramente fue en octubre—yo ya no era el mismo que en tercero, atravesaba por una etapa de no aceptación de la muerte, no existía para mi, mi padre seguramente estaba en algún lugar secreto y regresaría…y mientras estaba en esas cavilaciones, me preguntaba ¿quién le haría de mi “coach”? porque cualquier dificultad siempre la consultaba con él, y siempre me empujaba a hacer algo, no se si bueno o malo pero lo hacía… Era bastante temerario y no dudaba en enfrentar cualquier  situación, en ocasiones con brusquedad o falta de respeto pero lo enfrentaba…pero un día esa fuerza desapareció y no sabia que hacer…

En medio de una clase ,al pasar junto a la banca de Pepe, que este  compartía con el niño Daniel Amezquita, sin querer di un puntapié a su mochila, nos hicimos de palabras ,o mejor dicho, él me dijo varias cosas, pero recuerdo que entre esas dijo “maricón”…Vi todo rojo…y sólo escuchaba  que gritaban ¡¡Pepe, Pepe, Pepe!!…mientras mis amigos no decían nada.

¿Qué hacer? Aunque no mucho pero Pepe me superaba en distancia, peso y parecía muy rápido. Si me “rajaba” quedaría  estigmatizado de por vida y la primaria se habría vuelto un infierno, si le seguía seguramente me ganarían… No fue necesario tomar una pronta decisión el niño “Adrian” me empujó, y al chocar con Pepe se escuchó el famoso grito de ¡¡¡¡Gacho!!! que era la voz para que iniciaran los trancazos…y así fue.

No tenía muchas posibilidades de triunfo, vamos no se veía ni una defensa honrosa y menos emprender la graciosa huida,.. Pepe soltó el primer golpe que pasó rozándome la oreja, se disponía a darme un gancho al estomago, cuando en un instante vi la posibilidad. Ahí enconchado me di cuenta que Pepe tenía un moretón en el pómulo, cuando su puño golpeo mis costillas bajo la guardia y ahí ¡¡¡¡¡ Zócalo!!! Sin pensarlo más solté un puñetazo que se impactó justo en el moretón, dio dos pasos hacia atrás  con evidente dolor y cuando se disponía a dar respuesta ¡¡¡ZaZ!!! que la maestra lo toma por el hombro y le dice:

—haber sepárense, no se les puede dejar solos un minuto porque se ponen a pelear…

Vi el rostro de Pepe rojísimo, derramado lágrimas, mitad dolor, mitad coraje de no haber contestado…

Lo bueno de los pleitos infantiles es que a los cinco minutos ya están olvidados y como si nada, además después de aquella “madriza” tendría que pasar un tiempo para una revancha, por lo pronto había recuperado cierta confianza en mí mismo y la “efigie” de no rájame  ,es decir construyendo mi alter ego de machooooo…

Al poco tiempo ya hablaba con Pepe y escuchaba sus ocurrencias y también sus fantasías como aquella de que su papá había comprado una “Pacer” y como no cabía toda la famita la habían convertida en pecera. 

De una gran  inteligencia pronto destacaba por su rápida comprensión, elocuencia  y buenas calificaciones, sin embargo había algo en él; una mezcla  de rebeldía y protagonismo en sus ansias de ser apreciado y en verdad lo era…poco a poco se lo ganaba y todos lo querían como amigo, pero había algo que también lo hacía alejado… y esto lo llevó a rivalizar con “Hugo Arce”. Escasamente Pepe iba saliendo de la escuela al parque, se guardaba  mucho en los juegos colectivos.

En ese año escolar, los de “cuarto” teníamos una hora de deportes a la semana, pero como el maestro no iba, (o si fue dos veces en un año fue mucho,) la maestra Eréndira resolvía el problema sacándonos a jugar Fútbol a los varones  y a las niñas resorte…

 Pero ese año ocurrió algo…Pilar había faltado casi un mes…La galleta –que como siempre es la que sabia todo y también lo contaba, nos decía…

—Pilar tiene una grave enfermedad en la pierna y la van a operar…
¿Cuál seria aquella enfermedad? Las más variadas y extravagantes versiones circularon, desde la polio hasta el mal de zambito, pasando por la versión de la atropellada por una moto, que Pepe juraba  había visto.

Cuando le preguntábamos a Paty, la hermana menor,  que iba en tercero, no decía nada, era la primera ocasión en que no nos contestaba, apenas la abordábamos salía corriendo pidiendo que no la molestáramos mas.

Cuando por fin regreso a la escuela, tenía una gran venda-yeso  en la pierna  y no salía  a recreos, ni nada su mamá o su hermano Ismael pasaba por ella al salón a la hora de la salida…y en los recreos solo la Galleta se quedaba cuidándola y sacando de ahí a los curiosos.

Un día de “deportes” , el salón de cuarto año daba al patio “grande”,  estábamos entrampados en un duelo de futbol, arriba en la ventaba se veía la cara de ansiedad y tristeza de Pilar, los ojos verdes denotaban su pesar, hoy la veía mas callada que nunca y me recordaba los años de kinder cuando miraba y miraba sin decir nada…y no era yo él único que la veía, aunque fuese de reojo, también Pepe la observaba, con una pequeña diferencia él estaba de guardameta… en una inusitada jugada el niño Alejandro Martínez ,tomó un rebote y tiro a la portería , no puedo faltar a la verdad y decir que fue tiro a gol, pero Pepe —al estar atento a la ventana— no vio venir el disparo y solamente  el grito de Miguel Mariscal de ¡¡¡¡¡Ve la bola Wey!!!! Lo sacó de su embelesamiento. Demasiado tarde el esférico había horadado la portería…El niño Alejandro M, no lo podía creer era su primer gol en cuatro años. El partido se hizo àspero y termino con la minima diferencia y con un pesar…

La “terrible” enfermedad y operación de Pilar permaneció en secreto…hasta que un día la vimos ya jugar y saltar resorte como antes…como es de notar y ya que a muchos les invade la curiosidad les diremos que aquella “dolencia” era nada mas ni menos que un juanete…si ese era todo el misterio…

Ese año también vería a la primera niña desmayada y no por emoción, sino por problemas renales, La niña Adriana Blasio Luna nos dejó a todos consternados cuando se desmayó en plena formación posterior al recreo y fue sacada en brazos por la maestra.
Por cierto, Adriana era de mecha muy corta y solía responder con mayor violencia que  otros niños, por lo cual se le tenía respeto y cierto temor de bromear con ella…

Un día ,para desgracia de Pepe ,y desconocedor de ese hecho, le hizo una pequeñísima broma con respecto a sus redondos lentes, no lo hubiera hecho, si alguien recuerda las cachetadas de doña Florinda a Don Ramòn se dará una idea de lo sucedido esa mañana….

Casi al final de cuarto sucedió un altercado con Hugo y casi estuvimos a punto de la revancha pero felizmente no sucedió así.
Ustedes me perdonaran que me salte algunos hechos más de cuarto grado pasemos al quinto año.

Pepe se fue haciendo mas popular, ahora era acompañado de su “primo” (como él le decía a Fernando Zurita) pronto ocuparon los primeros lugares de calificaciones disputándole el lugar a Salomón Goldberg…

Desafortunadamente en ese año ocurrió uno de los incidentes más penosos que puedan suceder en una primaria publica…me refiero a lo que nuestro amigo Elio llamó atinadamente “enloquecimiento de la Maestra” pues como ya lo he narrado en otro articulo, a la Maestra Elsa le dio una  etapa incomprensible, de crueldad extrema… por un curioso mecanismo de defensa muchos dicen que no recuerdan esa etapa, pero aunque es penoso debemos decirla.

…Aquí los menos culpables son Pepe y Alejandro, eran niños de 10 u 11 años, apenas dotados de uso de razón, mas preocupados por la pelea de las “Z” o de Nadia Comaneci, que de sí los fenicios eran buenos navegantes o de la justicia del Código de Hammurabi. En su “sofisticados métodos pedagógicos” correctivos la maestra tuvo la idea de aplicar “cinturonazos ” para corregirnos, por desgracia de Alejandro , tan científico método se inauguró…pero la maestra en su momento de mayor locura decidió no aplicar  el castigo ella y puso a Pepe en labor de verdugo.(ver: Las Olimpiadas de Montreal 76 y la maestra Elsa).

 Al frente del salón Pepe aplicaba el castigo, uno, dos, tres cuerazos con la  propia correa de la mochila de Alejandro…aquello terminó con la llamada a un canal de televisión.

¿Seria verdad que la maestra recibió en un tiempo la aplicación aquella de ¡¡¡pégame, pégame pero no me dejes!! o esa que se atribuyen a los chinos...”Pégale de vez en cuando a tu mujer tú no sabrás porque pero ella si”, y como dijo el indito “haiga  sido como haiga sido” eso no justificaba tales tratos, pero si da una explicación…la maestra lograba que le tuviéramos miedo…

Es de reconocer que al final de ese año escolar, debió ser por ahí de  abril   o un poco antes del 10 de mayo. La llamada al canal de TV fue demoledora, unos años antes la TV canal 13 había hecho un reportaje sobre la maestra Anita, ahora televisa tenía una nota negativa…que no querían llegase a reportaje…así fue que de un día para otro  se acabaron las filas de listos y de las tres cuartas partes de semiburros, cuasi burros o cripto burros. También contribuyó que cuando el 99 por ciento de un grupo reprueba es un grave presagio…La cosa no era para menos, por ejemplo un día aplicó un doble examen de español; uno de conjugación y el otro de oraciones, si eso de enunciado unimembre y bimembre; objeto directo e indirecto; objeto circunstancial de tiempo, modo, lugar; y demás cosas de la gramática estructuralista a la que el tiempo puso en su lugar.

Dichos exámenes se vio en la necesidad de repetirlos porque hasta en las filas de los listos habían bailado con la más fea y sacaron espantosos 1,2 y ceros. Yo en esa ocasión obtuve un inusitado 10 y un UNO…ah y lo que es la democracia al repetir los exámenes, me obligó a repetir ambos…

En ese momento algo en su interior le decía a la maestra Elsa:

 Eres injusta, los niños te dicen la fanta, pero te tienen miedo, si pudieran saldrían corriendo del salón, son presos de un temor generalizado, hasta tus consentidos te van a abandonar…

El primer cambio fue sentar a los niños y niñas en parejitas… pero aún así tenía resabios; Aquí hubo un pequeño domping pues Salomón y Samuel ,descubrieron que la maestra estaba formando parejitas ,usando las fotos tamaño infantil…y cuando salimos al recreo ellos entraron al salón y lo acomodaron a su gusto.

 A pepe lo pusieron junto a Graciela…y así los sentaron.

La maestra seguía con resabios…un día Graciela tenía el uniforme un tanto arrugado y Elsa le preguntó:

— ¿Y por qué tres así el uniforme?

Graciela no decía nada. Y del silencio irrumpió la voz grave  de “transición” de Pepe:

—¡Graciela, se duerme con el uniforme!

—No es cierto—musitó la niña, pero tan despacio que no se advirtió.

La carcajada irrumpió generalizada, ocasionando el rubor de Graciela, quien para su fortuna era bastante morenita y eso camuflo su vergüenza..Mas sus ojos lanzaron una inquisitorial mirada…

Pero por primera vez la maestra Elsa tomó partido por la ofendida…Pepe tendría de castigo tres clases de pie.

En rigor Pepe se equivocaba  porque como atinadamente dijo el niño Zeferino : "La que se dormía con el uniforme era Guillermina"

…y debemos confesar que todos alguna vez nos dormimos con el uniforme puesto…

Así pues, Pepe perdió puntos y pedestal…los privilegios serían ahora sólo de niñas.

Algo más ocurrió el día del niño  de aquel año del Señor de 1977…en el concurso de baile ,una parejita del sexto B obtuvo el primer lugar  con el baile del “funk” que consistía en que una pareja  chocara las caderas de lado , dar un salto dándose la vuelta y continuar y en el contoneo bajar lo más posible, el éxtasis del baile era seguir el movimiento hasta casi quedar en cuclillas…una especie de Twis pero con música disco y  con variantes…

La maestra Elsa era  la joven, la fiestera…pero envió a Pepe con “Claudia” y perdió, en primer lugar porque inventó pasitos que tenían la gracia de una pala mecánica…Pepe pronto mostraría su capacidad de recuperación…

Mientras tanto la conciencia de Elsa volvió a susurrarle  al oído.

—Te estás cayendo...la mayor parte del grupo no va bien…no puedes hacer que estudien, no te aprecian…te has convertido en la bruja del cuento…los niños ven con melancolía al grupo B de Paquita…Sienten terror de la maestra Yanina de sexto...que es como tú…

Como ya venía el 10 de mayo, estos llamados, a su conciencia, hicieron efecto, algo así como el grinch, que en aquel entonces no existía como película ,pero si como caricatura anual…

Para esa festividad nos dejaría hacer un “cuadrito” teníamos que ir a comprar una madera ovalada, que vendían unas ancianas por el “Aurrera”de la calle de Zamora, o por lo menos ahí me llevó Miguel Mariscal…en el salón tendríamos que lijarla, barnizarla, pegarle alguna estampa y luego cubrirla con laca…este trabajo grupal nos llevaría una semana como mínimo…Creo que en esos días la conciencia volvió a hablarle:

—¨ ¿Los ves?, están trabajando en orden por un bien superior, no se pelean, no riñen, no faltan, hacen bien su trabajo…No era necesario ponerlos en filas por aprovechamiento, están motivados, quieren hacer un buen trabajo por alguien a quien aman…cada uno—prosiguió la conciencia—han seleccionado una estampa que le gustará a su mamá y que los representa…ninguno quiere fallar aunque sepan que “quede como quede” para alguien será algo que conservará por siempre.

La conciencia  —que era muy cautelosa—se retiró, no sin antes abrirle un panorama a  algo que era el íntimo secreto de Elsa, su futura maternidad…

Nuestra generación sirvió para que otras que venían detrás tuvieran un mejor trato…

Años después, pero muchos años  platicando con Paty Aguirre Borbolla, nos decía lo buena y cariñosa que fue  Elsa…

Creo que Paty en realidad es una conciencia, yo por eso siempre le hago caso a sus consejos…Ah olvidaba mencionar que mi cuadro eran unos ángeles de la guarda velando sueños…


                                                                        La "Pacer"